Netflix ha encontrado en el mundo de la moda inspiración para sus creaciones. Poco a poco a través de esta plataforma vamos descubriendo multitud de personajes desconocidos para la mayoría de nosotros pero con unas vidas e historias impresionantes. Hoy en Vlueers vamos a descubrir un poco más acerca de la vida de Julia Haart, empresaria de la moda, en Netflix. Julia Haart es la protagonista del nuevo docureality de Netflix “Una vida nada ortodoxa”.
Hoy en día Julia Haart, es la copropietaria y directora ejecutiva de una importantísima empresa de talentos. Elite World Group representa a más de 5000 personajes en todo el mundo. Por esta compañía han pasado tops models tan conocidas como Naomi Campbell o Cindy Crawford. Entre estos personajes, además de músicos, actores o modelos se incluyen avatares virtuales.
El objetivo de Julia desde su privilegiada posición es realizar cambios importantes en la industria de la moda. Julia Haart quiere crear autonomía y poder para los artistas que representa.
En la miniserie de Netflix de nueve episodios “Una vida poco ortodoxa”, Julia cuenta como su objetivo es hacer que cada uno de sus representados tenga una prospera carrera una vez dejen de competir con una raqueta o subirse a las pasarelas de todo el mundo. Quiere que sean escuchados y respetados por los followers y esto lo quiere conseguir a través de la presencia de los artistas en marcas y redes sociales. Quiere en definitiva que cada artista se convierta en su propia marca.
Julia Haart se ha propuesto conseguir libertad y autonomía financiera para sus representados y en especial para las mujeres. La historia personal que acompaña a Julia hace que este sea un objetivo prioritario para ella.
Transgresora e imparable, esta es la frase promocional del docureality de la plataforma de pago y es también la descripción que Julia Haart mantiene fijada en su perfil de Twitter.
Hasta 2013 no aparecería su nombre en ninguna búsqueda de Google. Julia Haart había vivido hasta ese momento en una comunidad judía ortodoxa en el Estado de Nueva York.
Salir de una comunidad como en la que vivía Julia es muy complicado para una mujer. Si has visto la serie Unorthodox te puedes hacer una idea. La misión de las mujeres en estas comunidades es criar a cuantos más hijos mejor. No tienen independencia económica en absoluto y prácticamente tampoco voz dentro de la comunidad.
Julia había vivido dentro de esta comunidad hasta 2013, año en el que decidió dar un cambio radical a su vida. Hasta este momento Julia había criado a cuatro hijos. Ellos fueron uno de los principales motivos para tomar esta decisión. Julia esta viendo como a una de sus hijas, Miriam, la estaban haciendo lo mismo que le habían hecho a ella. La empujaban hacia abajo, intentando anular sus inquietudes. La querían moldear como una persona plana totalmente prescindible. Julia no podía consentirlo y abandonó su comunidad, a su marido y la vida que conocía hasta el momento llevándose a su hija con ella.
Es increíble el éxito que Julia ha alcanzado en tan solo ocho años. Julia Haart no contaba con una carrera universitaria cuando abandonó su comunidad de Monsey. Pero eso no le impidió establecer su propia línea de zapatos. En tres años había conseguido venderlos en más de 17 países.
La Perla, una marca italiana de ropa intima muy lujosa la nombró directora creativa. Esto le trajo grandes éxitos personales y profesionales.
En cuanto a lo profesional Julia, además de seguir al frente de la empresa de talentos, ha creado una empresa de marketing virtual y es además directora creativa de la primera marca de moda de lujo que ha sido presentada por una agencia de modelos.
En cuanto a lo personal Julia se casó con Silvio Scaglia propietario de la firma La Perla y sirve además de guía para que sus hijos sigan sus propias pasiones. Julia tiene cuatro hijos fruto de su primer matrimonio en la comunidad judía.
A diferencia de aquellos que rechazan la vida ortodoxa y a su comunidad tras haberla abandonado, Julia ha conseguido mantener el vínculo con su comunidad a través de su hijo pequeño, Arón, que aún vive en Monsey con su padre.
Si bien es cierto que la mayoría de su antigua comunidad la rechaza, Julia no deja de hacer viajes allí para ver a su hijo dejando patente la abismal distancia que hay entre estos dos mundos.
“Una vida poco ortodoxa” ha suscitado diferentes opiniones por parte de la crítica. Algunos de sus detractores aseguran que Haart exagera la situación de las mujeres ortodoxas para conseguir la atención del público de Netflix. Sostienen que es falso que los niños de estas comunidades tengan oportunidades educativas limitadas.
En algunas entrevistas recientes, Haart, ha querido dejar claro que contra lo que ella lucha no es la religión sino contra el extremismo y la opresión que se sufre en estas comunidades. Me siento orgullosa de ser judía aclaró, el trato que yo he sufrido allí y los problemas que he tenido nada tienen que ver con el judaísmo.